La Historia del motor también se escribe en femenino

Florence Lawrence: una historia personal

Fue una gran actriz cinematográfica. Sólo por eso, su historia ya empieza de una manera particular. Nacida en Hamilton (Canadá) en 1886, rodó una cantidad indecente de películas y parte de su fortuna la invirtió en su otra gran pasión: los automóviles.

Pero Lawrence no sólo los coleccionaba, sino que los mejoró incorporando intermitentes y señales de freno. Sin duda, ella ya tenía clara la importancia de la seguridad a la hora de disfruta del placer de conducir. ¿Compartía ADN con Honda, quizá?

En concreto, Florence inventó un artilugio en forma de palo que se movía para indicar si el coche iba a girar hacia un lado u otro y una señal de stop que aparecía en la parte de atrás cuando el conductor accionaba el pedal de frenos. Dos elementos, en aquel momento rudimentarios, sin los que ahora no podríamos vivir.

 

Mary Anderson: un viaje a NY

Se la recuerda como la inventora accidental. ¿Por qué? Parece ser que Anderson, nacida en Greene (Alabama) en 1866, revolucionó el mundo de la conducción tras una visita casual a Nueva York en 1902.

Durante su estancia en la ciudad que nunca duerme, Anderson se dio cuenta que los conductores de tranvías tenían problemas con la lluvia y la nieve. Los parabrisas estaban divididos en secciones que se podían abrir para hacer que la lluvia, la nieve o el barro cayeran y para desempañar los cristales, pero esto era incómodo porque entraban el agua y el frío. Por ello, la futura inventora no tardó en crear un sistema que, mediante un brazo metálico basculante, realizaba un movimiento radial y uniforme gracias a su contrapeso. Este artilugio se accionaba manualmente mediante una palanca desde el interior del vehículo.

El error de Lawrence no lo cometió Anderson. Ella sí patentó el invento durante 17 años. Sin embargo, nadie se interesó por el mismo. ¿Os imagináis conducir vuestro HR-V sin limpiaparabrisas? ¡Jamás!

Hedy Lamarr: conexiones inalámbricas

Parece ser que existe una conexión entre ser actriz e inventar algo que mejore el mundo del motor. O sino que se lo digan a Lamarr, actriz e ingeniera austriaca que creó el sistema de comunicaciones denominado «técnica de transmisión en el espectro ensanchado». Nuevamente, la actriz no consiguió ingresar ni un euro por la patente, que caducó sin ser utilizada. ¿Cuándo llegaron, pues, los halagos y reconocimientos?

En 1997, recibió el Pioner Award y el Bulbie Gnass Spirit of Achievement Award. En el verano de 1999, justo un año antes de su muerte, el Kunsthalle de Viena organizó un proyecto de homenaje a «la actriz e inventora más singular del siglo XX».

Ahora ya sabes a quien le tienes que agradecer poder conectar el Bluetooth para realizar tus llamadas desde tu Honda con toda seguridad…

 

Alice Huyler Ramsey: la vuelta al mundo en cuatro ruedas

Su historia es más sonada. Y es que Alice cruzó de costa a costa los Estados Unidos en coche un 11 de noviembre de 1886. Con tan sólo 22 años, emprendió un viaje de 59 días y más de 6.000 kilómetros a lomos de un Maxwell cuatro cilindros y 30 CV junto con tres compañeras, ¡aunque sólo ella sabía conducir!

Cabe decir que Maxwell-Briscoe Motor Company fue una marca de automóviles estadounidense, especialmente activa en la lucha por los derechos de las mujeres. ¿Y tú, con qué Honda escogerías para emular a Huyler?

Maria Teresa de Filippis: premio imbatible

María Teresa de Filippis fue una piloto de carreras italiana y la primera mujer en competir en el Campeonato del Mundo de Fórmula 1. Ninguna otra mujer compitió en dicha categoría hasta pasados 15 años de su retirada.

Napolitana nacida en 1926, ganó los diez kilómetros de Salerno-Cava de’Tirreni en la clase de 500 cc de la categoría de turismos con tan sólo 22 años. ¡La misma edad a la que Ramsey cruzó los Estados Unidos sobre ruedas!

En 1958 María Teresa de Filippis debutó en Bélgica en un Gran Premio del Campeonato del Mundo de Fórmula 1 en Bélgica. Fue la primera mujer en competir para la categoría reina del automovilismo mundial.

Cinco mujeres con actitudes que reflejan el espíritu Honda: valientes, innovadoras y decididas. Pioneras que, hace décadas, decidieron ponerse al volante cuando el motor aún era un tema de hombres.